24/9/14

Parque Nacional Chiloé. Sector Cole-Cole y Cucao


La playa de Cole Cole, vista dese el cerro.

Habían pasado varios años desde mi última visita a Chiloé, isla que conocía solo hasta Castro más en mi última visita había dejando pendiente el Parque nacional de Chiloé.


A Cole Cole

Llegué a Cucao con una amiga de Francia y su familia en un bus desde Castro, que luego de pasar por Chonchí toma rumbo al poniente hasta llegar al fin de la isla. Buses desde castro salen dos veces por día en temporada baja y 4 en temporada alta. El bus continuó hasta Chaicas, un pequeño asentamiento huilliche levantado entre los pantanos de la costa, lugar donde también termina el camino. Desde aquí es necesario seguir por la costa. Existe un camino por entre los cerros, pero según sus propios pobladores es inutilizable.


Los palafitos de Castro, con la marea baja.

El imponente nuevo centro comercial de Castro. Una aberración al paisaje

El mercado de Artesanías de Castro

Pequeño muelle en Cucao. Aquel es el bote para llegar al famoso camping de "La abuela"

Fin del camino vehicular. Desde aquí es necesario tomar el camino de la playa

Al llegar a la costa, el “pacífico” nos recibe con bastante furia. El viento obliga a recurrir de inmediato al abrigo, pero no nos impide disfrutar del bonito paisaje costero.

Al poco andar aparecen unas dunas, que protegen del viento, y a unas dos horas de caminar se llega al primer puente peatonal. Hasta ese lugar llegan los vehículos y adelante solo es posible continuar a pie (salvo algunos que con la marea baja se lanzan por el mar).

En este lugar me despedí de los amigos franceses, y continúe hasta Huentemó, por una reducida y rústica huella que bordea la desembocadura. Al poco andar la huella retorna a la arena para encontrarse luego con una hermosa pasarela colgante de la cual fui el último peatón en cruzar, puesto luego fue clausurada y reemplazada por un puente mecano que, pese a cumplir de mejor forma sus objetivos, es un descalabro para el paisaje. Con la pasarela se llega al caserío y pocos metros más adelante a un refugio propiedad de la comunidad de Huentemó.

La huella continúa entre pantanos, nalcas y algunos arrayanes, siempre paralelo a la costa. Al subir el primer cerro se obtiene una gran vista al mar, lugar donde además está el mirador de ballenas. La huella ahora continúa entre los cerros muy remarcada por la erosión del agua, cual canaleta de montaña. Luego de un par de horas se llega finalmente a Cole Cole y como premio una espectacular vista desde la parte alta del cerro.

La playa de Cole Cole parece perdida en el paisaje, no pareciera ser del lugar porque además la pequeña bahía es refugio para la playa, la que se luce como intocable por el inclemente invierno de la Isla, fue por momentos una extraña sensación de teletransportación. Ya en la playa, se puede ver el refugio, la casa del guardaparques, unos baños y un camping, todo cerrado por ser de baja temporada y no estar con guardaparques, salvo el camping cuyos sitios están siempre abiertos. Ya instalado en el camping y apunto de dormir, se dejó caer la primera lluvia, que duraría toda la noche. 


Con mi amiga Yaelle y su familia, al otro lado de la gran pasarela, llegando a Huentemó

Llegando a Huentemó, un letrero el parque nos da la bienvenida.

Pasarela colgante de Huentemó. Fui el último peatón en cruzar, fue reemplazada por el puente mecano a su costado. Juzgue Ud.

La playa de Huentemó. 

Intento de Anay

Amaneció con lluvia e intenso viento, por la noche cayeron unos árboles muy cerca de la carpa, y el mar, que calmo me diera la bienvenida, ahora furioso por la tormenta me obligó a levantarme en dos oportunidades para evaluar un cambio de campamento, que por ese momento estaba muy cerca del mar.

Cambié el campamento, al alero de la casa del guardaparques y luego de un buen desayuno me interné en el bosque. La gran pasarela que da la bienvenida al parque me genera confianza en la ruta, de la cual solo tenía algunos puntos GPS referenciales. Al poco andar aparecen los primeros árboles de gran tamaño ente los que destaca el arrayan por su colorido tronco, más el sendero comienza a ser un tanto difuso. La lluvia y el viento se intensifican, y con ello también la presencia de barro y arroyos de agua lluvia, lo que va añadiendo riesgos al andar. Aparecen unos puentes rústicos muy antiguos, casi inutilizables que logré sortear con mucho cuidado y metiéndome en varias oportunidades al barro.

Luego de un par de horas, y cuando debía comenzar a tomar rumbo poniente para llegar a Anay, el sendero es casi irreconocible, parecía que el agua de las lluvias y el barro me lo escondían para impedirme llegar, y decidí no rendirme hasta que uno de los puentes no resistió mi pasar y caí a un pequeño estero e agua y barro. En ese momento, y luego de constatar estar cerca de Anay, decidí retornar. La lluvia era muy intensa, además de estar muy mojado y embarrado, había recibido golpes en la cara y un brazo.

Retorné a Cole Cole, donde esperé dos días a que pasara la tormenta para comenzar a retornar.



Pasarela colgante para ingresar al Parque Chiloé, desde el sector Cole Cole

sendero del parque, entre arrayanes

Escaleras rústicas en el sendero del parque

Un antiguo y rústico puente.

El camino de regreso a Huentemó, desde Cole Cole, entre helechos y nalcas con una gran vista al mar

Un puente que permite a un caserío de Chaicas, atravesar el gran pantano.

El sendero educativo

Luego de 4 días en Cole cole, retorné a Cucao por el mismo camino que me llevó a Huentemó. En mi retorno la lluvia que, había disminuido su intensidad, continuaba y no tenía intención alguna de cesar. El río se estaba desbordando uniéndose con el mar y alcancé a cruzar con el agua hasta las rodillas, puesto conforme pasaban los minutos, aumentaba el caudal de desborde.

Al llegar a Cucao fui al sector donde está el área educativa del parque nacional, y que recibe visitas frecuentes durante todo el año. En este lugar, a solo 500 metros del puente Cucao, se pueden encontrar las oficinas de CONAF, salas de exposición, un sendero autoguiado, cabañas, un camping y una cafetería.  Pese a la lluvia me instalé en el camping.

El sendero el tepual es un breve pero hermoso sendero, muy simple de realizar y que, en algunos lugares sortea de tal forma el bosque que pareciera se recorre salvájemente. Es totalmente recomendable para todo tipo de personas.


Un museo educativo dentro del parque

Parte del sendero el tepual

Pasarela en el sendero el tepual, pasando sobre las turberas


Otras vueltas por Chiloé

Los otros días por Chiloé los dediqué a recorrer algunos lugares que no conocía, la Isla Lemuy hasta Detif y luego Dalcahue, donde visité a los amigos del refugio MAWENKO que me acogieron de excelente manera.

Esta nueva visita a Chiloé, ha confirmado nuevamente mi idea de recorrerla en bicicleta, así es que espero más temprano que tarde encontrarme pedaleando en esta hermosa Isla.

La iglesia de Chonchi, declarada patrimonio de la humanidad

El Mercado municipal de Chonchi

Un lindo atardecer con sol, en Puqueldón

Detif, la última localidad de la isla Lemuy. Se aprecia su iglesia, también declarada patrimonio de la humanidad

La iglesia de Aldachildo, al norte de la ila Lemuy. Una iglesia muy bien conservada y recién restaurada, también declarada patrimonio de la humaniad


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