23/11/17

[Bosnia i Herzegovina 2] La ruta del Ciro. Desde Mostar a Dubrovnik






Ahora somos 5 pedaleando por una estrecha pero hermosa ruta que se abre paso entre las montañas y los pueblos testigos de la guerra, siguiendo la que antiguamente fuera una angosta línea de tren pero que con asfalto nos guía por la Bosnia de nostalgias y hermosos paisajes.

La ruta comienza en la antigua estación de trenes en Mostar  y antes de salir de la ciudad aparecen las primeras señalizaciones indicando la ruta. En un comienzo vamos por la vía de coches, pero luego de un par de kilómetros nos alejamos y tomamos lo que fuera la antigua línea del tren, siempre a orillas del río Neretva cruzando por pequeños pueblos a través de los mismos túneles y puentes que cruzara el antiguo tren.

La ruta continúa atravesando pueblos e internándose poco a poco en la montañas, colinas rocosas de mediana altura que esconden grandes valles y antiguos pueblos abandonados y destruidos por la guerra, pueblos de piedra testigos de siglos de historia, dueños de hermosos paisajes y una calma que solo la incomprensible guerra logró destruir, nostalgia y pena me invaden, no me permiten disfrutar a fondo el bello paisaje.

Las antiguas estaciones también destruidas hoy son testigos de la guerra, algunas remodeladas funcionan como restaurantes u hoteles. Vamos por una ruta hermosa, me parece muy extraño no ver ciclistas disfrutando esta hermosa ruta. Pese a la nostalgia logramos sonreír en el grupo, de pronto se nos cruza un gran cartel anunciando campos minados en la ruta. Mis recuerdos vuelven a la cabeza, por cada señalización de campo minado me pregunto ¿Donde habrá estado la razón?

Separamos nuestros caminos, una pareja se va a Dubrovnik (Croacia) y la otra continúa hasta el extremos sur del país. Yo busco un lugar para pasar la noche pero por supuesto fuera de los campos minados.

Todos los pueblos que recorro en los últimos kilómetros son pueblos fantasmas, completamente abandonados y la noche ya está muy cerca, a lo lejos escucho un aullido ¿Perros?, pero no hay casas habitadas cerca, entonces ¿Serán lobos?. Último pueblo antes del anochecer y como los anteriores también un pueblo fantasma. Monto la tienda y una gran luna llena aparece entre las montañas, me vence el cansancio y caigo en sueño.

Escucho pasos, son varios y están muy cerca de la tienda. De pronto gruñen como perros, la luna llena proyecta sus sombras en la tienda, ¿Lobos?¿Perros? no lo sé, pero cuento al menos 4. Al paso de unos minutos se van y yo con mi navaja en mano intento conciliarme con el sueño.

Día siguiente un gran amanecer, una pequeña subida y ya estamos, llegamos a la frontera, he llegado a Croacia, he completado la ruta del Ciro.


Consejos:
- La ruta comienza en la antigua estación de trenes en Mostar, pero los primeros kilómetros sigue la carretera hasta salir de la ciudad
- La ruta tiene algunas variantes. Algunos momentos sigue la antigua vía y otros se mete en el asfalto. Es importante conseguir un mapa
- Desde la ciudad Caplijina hay solo dos pequeñas tiendas en la ruta, lo demás solo restaurantes y un hotel. Te recomiendo abastecerte bien ante de entrar a esta parte de la ruta.
- Agua hay por la ruta, no el mejor sabor pero al menos es potable.
- Mucho cuidado a las advertencias de campos minados, sobretodo los últimos 30 o 40 km de ruta.


Abandonando Mostar por la carretera. Primera señalización de la ruta del Ciro. abajo en amarillo 
Luego de un par de kilómetros tomamos la antigua línea de tren, que comienza con Ripio



El río Nenetva, vecino a la ruta por los primeros 40 km de ruta.

Comenzando a internarnos en los valles, cruzando los mismos puentes del antiguo tren

Y las colinas ocultan hermosos y verdes valles

Valles, montañas, aire limpio y una hermosa ruta.
La ruta del Ciro



Con los amigos ingleses

Que impresionante valle

La ruta 

Pueblos destruidos en la ruta del Ciro. Cuanta historia guardan sus ruinas


Nuestro campamento a orillas de un hotel. Fue lo más cercano a un hotel que nunca he estado






Molly rescatando seres en la ruta




Última estación, balas antiguas olvidadas por una incompresible guerra

9/11/17

[Bosnia i Herzegovina 1] Cruzando túneles. De Visegrad a Mostar, pasando por Sarajevo




En Bosnia me reciben las montañas, ordenadas pero a la vez salvajes, lucen como inexploradas con frondosos bosques que caen hasta sus faldas. Una parada en Visegrad, la primera de BiH (Bosnia i Herzegovina), con hermosas calles y un gran monumento a Nicola tesla, el famoso científico de origen Serbio.

La gente me mira con sorpresa por la calle, me saludan los niños y alguno que otro adulto se anima a preguntarme ¿De donde vienes?. En Visegrad nos saludamos con el gran río Drina, de profundo color verde y claras aguas que me guiará una parte del camino, nos hacemos amigos y resistimos en compañía una gran tormenta eléctrica que nos golpea muy duro por la noche. 

La lluvia continúa y se anuncia mal clima por los próximos días pero igual intento avanzar con la bicicleta. Comienzo a cruzar túneles, uno tras otro, algunos extensos y otros sin iluminación en su interior, uno de casi un kilómetro me hizo pasar susto. Ir a ciegas en medio del túnel donde cualquier vehículo retumba como un gran camión y no sabes ni del tamaño, ni de donde viene, ni siquiera a que distancia te viene, ¿De que te ha visto? ni hablar, solo cruzar los dedos. La oscuridad es tan intensa que mi linterna solo distingue una linea blanca sobre el pavimento y a solo uno o dos metros de distancia, el ruido envolvente y el agua que cayendo desde las alturas me obligan a apurar la marcha. Cruzo finalmente el túnel, respiro profundo y tranquilo, aunque ahora es la intensa lluvia que no me da tregua. Así no puedo continuar, necesito encontrar un lugar para parar pero no hay nada, solo carreteras y túneles, pero a los pocos kilómetros encuentro algo, un antiguo y abandonado túnel que se transforma aquella noche en mi refugio (aunque las piedras cayendo por la noche no me permiten dormir tranquilo).

La lluvia ha cesado, por ratos sale el sol, debo continuar. Voy cruzando montañas, campos y algunos pequeños pueblos, voy poco a poco acercándome al corazón del país, luego de una gran subida comienza el descenso que me acerca muy pronto a Sarajevo, aunque no veo más que montañas. El mapa me dice que dentro del próximo kilómetro estaría entrando a la gran ciudad, pero a mi alrededor solo montañas y montañas. Se aproxima un túnel y al cruzarlo finalmente la ciudad me da la bienvenida, con casas colgando desde los riscos, tranvías circulando por las calles y la oración del islam que me llega coordinadamente desde cada mezquita. He llegado a Sarajevo, cruzando por los antiguos barrios turcos me teletransporto a las medinas (ciudades antiguas) que conociera en Túnez y Marruecos. Recorro la enorme ciudad que aún tiene las huellas que dejara la última guerra, la que la mantuvo sitiada por casi 4 años.

Pero la ruta continúa y con ella también los túneles. Voy ahora siguiendo otro río, el río Neretva que comienza en un embalse que haciéndose paso entre las grandes y hermosas montañas me conducirá hasta Mostar, mi siguiente destino.

Finalmente llego a Mostar, ciudad que aún tiene importante daño tras la guerra pero su centro histórico ha sido bien restaurado y hoy en día recibe a miles de turistas que caminan tranquilamente por sus calles de piedra cruzando el puente viejo de la ciudad. En Mostar también conocí a 4 ingleses (2 parejas) con que partiré al sur, ¿Hacia donde?. Vamos a hacer la ruta del Ciro, una antigua ruta de tren que se abre paso entre las montañas que refugian a Herzegovina del mar. Allá vamos.

Primer túnel de decenas o cientos que vendrían por delante

Un monasterio en las montañas
Cuidado por los caminos que te metes, este amiga me estaba esperando



Visegrad

Siguiendo el río Drina

Un antiguo túnel

El río Drina

Durmiendo en este antiguo y abandonado túnel. por la noche caían piedras de todos lados, no pude dormir tranquilo. Al menos,dormí seco.
Campos y suaves praderas de camino a Sarajevo


Llegando a Sarajevo. 

Sarajevo

Entrando al barrio turco. Aquí abundan las mezquitas, los cafés y la venta de artesanía

Dentro del barrio Turco

La Catedral corazón de Jesús

La llama eterna de Sarajevo, monumento dedicado a los partisanos que liberaron a Bosnia del ejercito nazi

Sarajevo en el atardecer

Cerca de Sarajevo, esta familia me invitó a dormir en casa, con comida casera y la mejor compañía.

Flores en el camino

El río Neretva

El río Neretva, llegando a Mostar
Llegando a Mostar


Mostar

Mostar, entre las huellas de la guerra y el turismo

El caso histórico de Mostar, completo d epiedras es un paseo a la edad media

El famoso puente viejo de Mostar. Además de ser la atracción turística, es también utilizado por clavadistas que desde aquí saltan al río

Mostar. Edificios aún con las huellas de la guerra

7/11/17

[Serbia 2] Cruzando las tierras de Kusturica, rumbo a Bosnia i Herzegovina



Estaba disfrutando Serbia, me gusta alcanzar paisajes de campo y montar tu tienda tranquilo sin que a nadie le importe, conseguir alimento barato, recibir varias invitaciones por la calle a beber una cerveza y escuchar música de fiesta por todos lados. Desde Valjebo tomé rumbo este hacia Takovo, ciudad cuna de liberación Serbia frente a los Turcos y desde aquí luego a Gornje Milanovac, donde me esperaba un amigo. Aquí encontré un gran refugio para los días de lluvia además de buenas amistades entre comidas típicas y Viñac, licor típico de la región.

Voy conociendo también por mis amigos como se vivió durante las últimas guerras, con edificios hacinados por Serbios que llegaban de Croacia, Bosnia y Kosovo, visité también un Bunker bajo un edificio que actualmente funciona como bar. (si no quieres se molestado este es tu bar, puesto ni señal de teléfono hay dentro del bunker)

Ahora voy al sur, paso por la ciudad de Cacak y de aquí comienzo a subir hasta Guca, la famosa ciudad que celebra el festival de trompetas más grande de todo el mundo, aunque voy dos semanas tarde quiero conocer igualmente la ciudad. Es un pequeño pueblo ubicado entre las montañas, una escultura de un trompetista me recibe al llegar a la primera rotonda y de aquí puedo ver aún las instalaciones de lo que fuera el último festival. Pero hay muy poca gente en el pueblo, las oscuras nubes resaltan aún más la soledad del pueblo, como un escenario vacío después de un gran festival, aunque el entorno es bello.

Continuo hacia la montaña, voy rumbo a Bosnia i Herzegovina, me toma el atardecer a orillas de un río entre unas precipitadas montañas donde cumplo los 14.000 km de viaje, que premio el paisaje para esa noche, aunque el sábado y la música de fiesta se escucha por todos lados, aunque a varios kilómetros logro percibir la gran fiesta que se desarrolla.

ya estoy cerca de la frontera, voy cruzando por Mocra Gora, también conocido como "KustenDosrf", pueblo construido por Emir Kusturica para filmar la película la vida es una milagro. Voy cruzando las estaciones de trenes con pequeñas iglesias de maderas y voy reviviendo la película, así también cuando con el burro voy cruzando las empinadas cuestas en caminos de tierra rodeado solo de campos o los túneles del tren, angostos, oscuros y sin un fin claro.

Finalmente llego a Bosnia, un cartel me da la bienvenida, a mis espaldas Serbia, país al que llegué con más dudas que ganas, pero finalmente me abrazó tan cálido que cuento los días por volver.

Suaves praderas en las montañas de Tokovo

Praderas y praderas, campos, cultivos, colores y atardecer.

Me atraen los caminos cuando de asfalto no conocen 

Un campamento de altura. Durmiendo sobre una torre de vigilancia

La torre de vigilancia que me cobijó una noche

Tiempo de comer, este será el comedor (bueno,yo también)

un mural en Gornje Milanovac dedicato a la liberación de Serbia

Con los amigos de Gornje Milanovac. Entre amistad, comidas y Viñac pasé las lluvias

Munipalidad de Lucani, sur de Cacak. Me voy acercándo a Guca, famoso festival de la trompeta. Miren el símbolo superior

En Guca, famosa tierra del festival de la trompeta. Lamentablemente, llegué dos semanas tarde al evento.

El camino se abre paso entre las rocas amarillas que constantemente amenazan con volver a tomar la ruta

Campamento a los 14.000 km de viaje

En Mokra Gora, donde fue filmada la vida es bella. Por aquí pasó el burro de la película, ahora pasa mi burro

Hay veces queme pierdo del camino, pero con todo este verde no me puedo asustar