27/12/17

[Albania] Voy cruzando el Lago Komano. Voy rumbo a Kosovo




Cruzo la polvorienta aduana, veo una gran fila de camiones, conductores bebiendo café a la espera de su turno, gente que cruza caminando y entre medio voy yo con el burro. En Albania hablan una lengua muy distinta a las lenguas eslavas que venía escuchando, sus tiendas ofrecen productos distintos e incluso su gente se nota distinta, me resulta extraño que solo 50 metros pudieran contener tanta diferencia, una verdadera frontera que no veía en mucho tiempo.
Sin embargo la gente es amigable, al igual que en todas partes dl mundo. Llego a Skoder y una gran sorpresa, una gran cantidad de bicicletas moviendose por la ciudad, personas de todas las edades, de todos los estratos. Todas estas bicicletas hacen que el tráfico de automóviles sea lento y por ende la ciudad más segura para moverse en bicicleta, desde Munich que no veía tantas bicicletas por una ciudad. Comer aquí también es muy barato, por 1 euro puedo comer un gran sándwich o por 3 un buen y gran menú en un restauran. Albania me anima a ir más al sur, hasta Tirana, pero finalmente desecho la opción y me voy rumbo a kósovo.

Tomo la ruta sur y a los pocos kilómetros tomo otra rumbo este que a los pocos kilómetros se transforma en una solitaria carretera. De pronto aparece el lago Komano, con un color verde profundo reflejando los bosques que cuelgan desde las faldas de las montañas y una calma que me invade, disminuyo la velocidad y me dedico a disfrutar, hasta que me cae por sorpresa la noche. Por la mañana siguiente debo tomar un ferry que parte a las 9 am. Una gran subida y un tétrico túnel antes de llegar al puerto, justo a la hora. Por 10 euros me embarco a cruzar el lago, donde no solo viajamos con el burro, también mi cabeza va de viaje, viaja entre recuerdos por la patagonia o cruzando el lago Pirihueico. Estoy al otro lado del mundo, pero el paisaje me confunde, enormes montañas de roca viva y laderas precipitándose al paso del río, cuan hermoso trabajo ha hecho la madre naturaleza, que afortunado me siento, siento que el burro también va feliz.

En el ferry conozco a Renata, una viajera de bicicleta que acumula casi 2 años pedaleando y está muy próxima a terminar su viaje y por ende volver a casa, Hungría. También conocí a su hermano que la acompaña desde Grecia y a Elena, una chica alemana que viaja con sus pades aunque vive en kosovo. Me ha invitado a visitarla, ¡Que alegría!, tengo donde llegar en kósovo.

Dejamos el ferry y continúo con los hermanos húngaros sobre la bicicleta, la noche nos alcanza y armamos campamento al lado de un hotel, ¡Si!, el dueño nos autorizó y a los pocos minutos ya estábamos invitados al café. Fue una gran velada.

Así me voy despidiendo de Albania, cruzando montañas y con kósovo muy cerca, recordando Skoder, a Chuck, a los amigos del hotel y los hermosos paisajes que me regalo el lago Komano. Hasta pronto Albania

Bicicletas en Skodar

El castillo otomano de Skodar

La ciudad vista desde el castillo

Sobre la presa del lago Komano

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una fuente de agua, pura y fría. Por si no está claro, también está escrito en inglés

El lago Komano

Lago komano

Lago Komano

Fin de la ruta. Túnel para llegar al puerto

Sobre el lago, con el ferry

Lago Komano

Sobre el ferry. Lago Komano. Con Renata y Elena

Río que da al lago komano

Andre de Hungría (hermano de Renata)

Renata, Andre y el dueño del hotel.

La última postal de Albania, antes de cruzar a kosovo

22/12/17

[Montenegro] De Kotor a Podgorica. El invierno nos alcanzó








Entro al país por el norte, voy entrando a uno de los últimos países de la extinta Yugoslavia. No se mucho sobre el país, pero ya en la aduana puedo notar que al menos es la misma lengua (serbo-croata). Primera gran ciudad y me encuentro con una pareja de ingleses con quienes había viajado días antes, linda sorpresa, decidimos continuar juntos el camino hasta la capital, Podgorica.

Llegamos a la boca de Kotor, una entrada de mar a la bahía oculta del mismo nombre. Aquí tomamos un ferry para cruzar e irnos en dirección a casa de Rebecca, una chica inglesa que nos recibe con los brazos abiertos. Aquí también conocí a Bruno, ciclista francés con quien fundo una inmediata amistad. Luego de una gran velada nos vamos al descaso, lo necesitamos puesto se nos viene una dura jornada por delante.

Comenzamos el siguiente día con una gran subida, vamos hacia Cetiña y luego a Podgoritca, la capital. más de 25 curvas serpenteadas y con una gran pendiente nos desafían a alcanzar esos enormes paisajes, donde es fácil preguntarse ¿Como llegó aquí el hombre?. Desde las alturas se aprecia el verdadero refugio natural que es Kotor.

Llegamos a la cima exhaustos y una lluvia nos da la bienvenida, buscamos prontamente lugar para armar campamento y encontramos uno aunque sobre los 1300 msnm, una hermosa pradera de montaña adornada con un par de casas construidas en piedras. La lluvia se intensifica y una familia habitando una de estas lindas casitas de montaña nos invita a un café, nos sentimos afortunados, intocables ante la desdicha, todo nos resulta bien. La lluvia ha cesado así es que marchamos a la tienda luego de una gran velada de cantos y Raquia (licor típico de la región).

Me despierta el viento, golpea con fuerza la tienda y ha quitado una estaca, pero el cansancio es tan intenso que sigo durmiendo. Despierto nuevamente con la tienda en mi cara, estoy muy mojado. Afuera la lluvia es intensa y el viento ha roto una parte de la tienda, salgo de inmediato a intentar reparar la tienda pero afuera caen granizos, me golpean fuerte la espalda, la cara,no me dejan reparar la tienda, hago lo que puedo, al menos la pongo de pie, pero estoy congelado,he salido descalzo y camino sobre el hielo. Le pregunto a los chicos ingleses como están y me responden a coro "todos mojados" y la lluvia que no cesa y cae cada vez con más fuerza, !Debemos buscar refugio!. Antes del anochecer habíamos visto una casa en construcción así que vamos por ella. pongo mi saco de dormir en la bolsa seca, con algo de ropa seca, artículos electrónicos y me voy corriendo al refugio. En los 200 metros que nos separaban me volví a congelar, el viento era tan fuerte que mantenerse de pie era un desafío y los granizos no daban tregua colándose incluso al interior de mi vestimenta, camino a ciegas pero finalmente llego, !Tenemos un techo!,pero hace mucho frío, estamos congelados, así es que me preparo a ir nuevamente al campamento por la cocinilla y agua para preparar té, al regresar veo mi tienda en el suelo, cubierta de nieve y mis cosas al interior, el viento la ha destrozado, intento rescatar lo que puedo pero el frio congela mis manos, me resigno y me voy al refugio, fue suficiente por la noche, quiero ropa seca y un té caliente.

Dormí algunas horas, ya amaneció y la lluvia se ha vestido de nieve, hermoso espectáculo. La familia que conocimos la noche previa nos invita temprano a un café, volver a disfrutar de una morada caliente y seca, la alegría vuelve a nuestros cuerpos,maltratados por la fuerte tormenta. La nieve cesa así es que es el momento perfecto para partir rumbo a Podgoritca, la capital. En la bajada uno de nosotros comienza a sentir un fuerte frío, que pronto se desarrolla en un principio de hipotermia. llegamos al primer pueblo con la chica en brazos buscando un lugar caliente, son momentos críticos y límites. Afortunadamente y luego de un par de horas la chica recupera su movilidad y su sonrisa, al lado de una gran hoguera bebiendo raquia ahora reímos.

Finalmente llegamos a Podgorica, aquí separamos nuestros caminos y yo me reencuentro con caterina para recorrer el hermoso lago skodar. Cuatro días recorriendo los hermosos paisajes que rodean al lago, contemplando postales de fantasía, una inmensidad y tranquilidad que merecíamos con el burro. Me despido de Caterina y continúo bordeando el gran lago rumbo a Albania, estoy cerca, tanto así que llego muy pronto a la frontera de polvo e idiomas mezclados, gente cruzando a pie, decenas de camiones, coches haciendo filas y un burro cargado, que viene de sobrevivir una gran tormenta.

Bienvenido a Montenegro

La costa de montenegro

Comenzando a subir en kotor

Pensando en un refugio para la noche

La vista desde la cima. Atrás se ve la tormenta que se acerca

La familia que nos dio una mano antes y después de la tormenta

Después de la tormenta, listos parair a podgorica


Abran paso, va el burro subiendo

Lago Skoder



Lago Skodar

Lago Skodar



9/12/17

[Croacia 2] Cruzando Dubrovnik. De la calma a la convulsión y luego a la calma





Vengo de la ruta del Ciro en Bosnia i Herzegovina, vengo de ser abrazado por el silencio de las montañas y la soledad de sus valles. Dejo toda esa paz y entro a la antigua región de Dalmacia, nuevamente en Croacia. Aterrizo en la convulsionada ciudad de Dubrovnik y luego de unos minutos solo quiero escapar, me pregunto ¿Que hago aquí?. Pero la ciudad es bella, amurallada y de piedra es un buen testigo del último milenio de historia. Quiero entrar pero antes un café para despertar. ¿Qué?,¿3 euros el café?, desde Francia que no tomaba un café tan caro, confieso que me dolió pagarlo. Bueno burro, visitemos la ciudad y nos vamos por que ni pensar en buscar un hostal. Alcanzo pronto la gran muralla y una de sus puertas de acceso, cientos de turistas circulan por minuto, de todas partes del mundo, todos los idiomas se mezclan, miles de fotos por minuto, un cartel me dice "prohibido entrar con bicicleta" ¿Pero que tipo de prohibición es esta?, de todas formas lo mio es un burro así es que estamos en regla.

Vamos cruzando la ciudad, esquivando cientos y cientos de turistas, el burro llama más la atención que los bellos edificios, me siento observado, me toman fotos, imagino que se preguntan ¿Que hace este vago empujando eso que parece bicicleta por las escaleras?. Luchamos con el burro subiendo escalas e intentando escapar de la masa de turistas, pero están por todos lados, estamos rodeados, comienzo a desesperarme, quiero silencio, paz y aquí no lo encuentro, me digo "suficiente", me voy, esto no es para nosotros. El burro me asienta con una sonrisa y nos vamos, pero antes una compra al supermercado, amarro al burro pero salgo con las manos vacías, ¿Pero que es esto?,¿Por que es todo tan caro?. Me subo al burro y escapamos pronto, vamos dejando la ciudad en una gran subida pero vamos rápido, no se quien tiene más ganas de irse pronto, si yo, el burro o ambos, lo cierto es que volamos escapando.


Estoy pensando en Montenegro, quiero dejar pronto Croacia no sin antes visitar a un excéntrico personaje dueño de un parque natural que me ha invitado a pasar la noche en el parque. Una hermosa cabaña de madera, un frondoso y tranquilo parque y una puesta de sola despampanante que no veía desde Italia. Con esta ultima parte me quedo, un paraíso de esos que son el mejor remedio para terminar un convulsionado día.

La gran muralla de la ciudad

Los enamorados están por todos lados !

La calle principal, dentro de la ciudad amurallada

Dentro de la ciudad amurallada

El muelle en la ciudad amurallada

La ciudad amurallada vista desde las alturas


Una hermosa playa (aunque privada). Camino a Montenegro

Las antiguas casas de piedra colgando de los cerros hoy lucen renovadas, pero se mantienen colgando

La hermosa puesta de sol

La cabaña en medio del bosque.



23/11/17

[Bosnia i Herzegovina 2] La ruta del Ciro. Desde Mostar a Dubrovnik






Ahora somos 5 pedaleando por una estrecha pero hermosa ruta que se abre paso entre las montañas y los pueblos testigos de la guerra, siguiendo la que antiguamente fuera una angosta línea de tren pero que con asfalto nos guía por la Bosnia de nostalgias y hermosos paisajes.

La ruta comienza en la antigua estación de trenes en Mostar  y antes de salir de la ciudad aparecen las primeras señalizaciones indicando la ruta. En un comienzo vamos por la vía de coches, pero luego de un par de kilómetros nos alejamos y tomamos lo que fuera la antigua línea del tren, siempre a orillas del río Neretva cruzando por pequeños pueblos a través de los mismos túneles y puentes que cruzara el antiguo tren.

La ruta continúa atravesando pueblos e internándose poco a poco en la montañas, colinas rocosas de mediana altura que esconden grandes valles y antiguos pueblos abandonados y destruidos por la guerra, pueblos de piedra testigos de siglos de historia, dueños de hermosos paisajes y una calma que solo la incomprensible guerra logró destruir, nostalgia y pena me invaden, no me permiten disfrutar a fondo el bello paisaje.

Las antiguas estaciones también destruidas hoy son testigos de la guerra, algunas remodeladas funcionan como restaurantes u hoteles. Vamos por una ruta hermosa, me parece muy extraño no ver ciclistas disfrutando esta hermosa ruta. Pese a la nostalgia logramos sonreír en el grupo, de pronto se nos cruza un gran cartel anunciando campos minados en la ruta. Mis recuerdos vuelven a la cabeza, por cada señalización de campo minado me pregunto ¿Donde habrá estado la razón?

Separamos nuestros caminos, una pareja se va a Dubrovnik (Croacia) y la otra continúa hasta el extremos sur del país. Yo busco un lugar para pasar la noche pero por supuesto fuera de los campos minados.

Todos los pueblos que recorro en los últimos kilómetros son pueblos fantasmas, completamente abandonados y la noche ya está muy cerca, a lo lejos escucho un aullido ¿Perros?, pero no hay casas habitadas cerca, entonces ¿Serán lobos?. Último pueblo antes del anochecer y como los anteriores también un pueblo fantasma. Monto la tienda y una gran luna llena aparece entre las montañas, me vence el cansancio y caigo en sueño.

Escucho pasos, son varios y están muy cerca de la tienda. De pronto gruñen como perros, la luna llena proyecta sus sombras en la tienda, ¿Lobos?¿Perros? no lo sé, pero cuento al menos 4. Al paso de unos minutos se van y yo con mi navaja en mano intento conciliarme con el sueño.

Día siguiente un gran amanecer, una pequeña subida y ya estamos, llegamos a la frontera, he llegado a Croacia, he completado la ruta del Ciro.


Consejos:
- La ruta comienza en la antigua estación de trenes en Mostar, pero los primeros kilómetros sigue la carretera hasta salir de la ciudad
- La ruta tiene algunas variantes. Algunos momentos sigue la antigua vía y otros se mete en el asfalto. Es importante conseguir un mapa
- Desde la ciudad Caplijina hay solo dos pequeñas tiendas en la ruta, lo demás solo restaurantes y un hotel. Te recomiendo abastecerte bien ante de entrar a esta parte de la ruta.
- Agua hay por la ruta, no el mejor sabor pero al menos es potable.
- Mucho cuidado a las advertencias de campos minados, sobretodo los últimos 30 o 40 km de ruta.


Abandonando Mostar por la carretera. Primera señalización de la ruta del Ciro. abajo en amarillo 
Luego de un par de kilómetros tomamos la antigua línea de tren, que comienza con Ripio



El río Nenetva, vecino a la ruta por los primeros 40 km de ruta.

Comenzando a internarnos en los valles, cruzando los mismos puentes del antiguo tren

Y las colinas ocultan hermosos y verdes valles

Valles, montañas, aire limpio y una hermosa ruta.
La ruta del Ciro



Con los amigos ingleses

Que impresionante valle

La ruta 

Pueblos destruidos en la ruta del Ciro. Cuanta historia guardan sus ruinas


Nuestro campamento a orillas de un hotel. Fue lo más cercano a un hotel que nunca he estado






Molly rescatando seres en la ruta




Última estación, balas antiguas olvidadas por una incompresible guerra