15/4/18

[Grecia] Cruzando la región de Tracia y mi caída al agujero negro


Kavala. Mi reencuentro con el mar mediterraneo
Grecia ha sido para mi el mejor ejemplo en que la historia se aprende mejor viajando, estando en los lugares donde ocurrieron los hechos (como decimos en Chile “donde las papas quemaron”) , escuchando las versiones de la gente local, compilando historias para luego sacar conclusiones y hacerse una idea. Y es que Grecia es hoy una república, pero solo desde hace 45 años. Cuando supe esto lo primero que me pregunté, ¿Como una de las democracias más antiguas del mundo es república desde hace tan poco?, y la historia recién comienza a ponerse interesante, por que previamente fueron una monarquía coronando incluso tres veces al mismo rey, pero todavía antes fueron parte del imperio otomano donde no construyeron historia propia por casi 400 años, si, ¡400 años bajo el poder otomano!

Hoy Grecia es una república que además enfrenta problemas económicos, desde cuando hace algunos años estalló la crisis que hasta hoy tiene a una parte de la población afectada, ver establecimientos vacíos o fábricas abandonadas es una postal muy común de Grecia (aunque los amigos de acá me comentan que poco a poco el país se vuelve a levantar).

Yo entré a Grecia cruzando las montañas desde Bulgaria. Al primer pequeño pueblo que entré pedí un café y casi sufrí un desmayo con el precio (3 euros), desde Francia que no pagaba tan caro, pero aquí contrarresta la amabilidad de la gente, la misma dueña del local al verme de bicicleta me preparo una caja con dulces de la tienda dándome al mismo tiempo la bienvenida al país (ella hablaba muy bien el inglés).

Llegué a Drama en la región de Macedonia y Traquia (Al norte de Tesaloniki) y aquí me encontré con Kostis, un músico con muchos proyectos en su cabeza que me transmitió unas ganas increíbles de parar, volver a mi tierra y trabajar por mis proyectos, pero el viaje debe continuar, aunque debo confesar que desde ese momento comenzó un punto de inflexión que posteriormente me hará tomar una importante desición.


Mi primera foto en Grecia

Camino a Drama

Drama


Drama

Drama


Me despedí de Kostis y seguí al sur, finalmente al mar mediterraneo. En Kavala conocí a Nico, un chico que contacté por Couchsurfing y me esperó con una pizza gigante en la hermosa ciudad. Continué por la costa admirando el hermoso mar azul, entendiendo por que tanto azul en su bandera. Me encontré con gente muy amable en el camino, espontáneamente me invitaban al café, a comer, muchas veces sin tener una palabra en común.

Kavala, en un nuevo encuentro con el Mar mediterraneo

Kavala

Kavala

Kavala


Un día por ejemplo paré en un café por la mañana para cargar mi celular. En el interior solo habían viejos que al verme pararon todo tipo de conversación para mirar al vagabundo que trataba de explicar a la mujer que atendía que quería cargar su teléfono. Con dibujos pude explicar mi viaje, estaban todos super expectantes, imagínense tener a 10 abuelos rodeando mi mesa, ofreciéndome cada uno de ellos otro café. Día siguiente paré en otro café ahora a pedir usar el wifi, el dueño no solo no me cobro sino que además me invitó a un café con galletitas. Yo feliz con mi café, cargando además mis aparatos electrónicos cuando comienza a llegar gente vestida de negro. Resultó ser un post funeral, no paraban de invitarme a café y comida, comí dos sandwiches, tomé 4 cafés y me llevé un menú para el camino. Así estaba siendo recibido en Grecia.


Camino a Komotini

Durmiendo en el campo

Granadas que me han regalado por el camino

Llegué a Komotini y aquí caí en el agujero negro. Primero por que conocí a María, una chica griega que trabajaba con chicos discapacitados pero había armado con todo ello un equipo de basquetbol y al día siguiente la lluvia me obligó a buscar otro lugar donde caer y así conocí a Agne, una chica escaladora super alegre que aquella misma tarde ya me había invitado a escalar a su gimnasio.

De pronto me ví en el gimnasio intentando escalar, haciendo algo distinto a la bicicleta, conociendo mucha gente y afuera continuaba la lluvia que me recordaba una y otra vez: “Hey muchachito, el invierno está aquí”, fue en ese momento en que decidí parar mi viaje, hacer una pausa, pero me decidí primero llegar hasta Turquía, saldría al día siguiente a menos que algo extraño sucediera.

Aquí es donde comenzó a sucederme una extraña serie de sucesos que me impedían abandonar el pueblo, periodo al que llamo el agujero negro. En el gimnasio conocí Afroditis y Semina, amigas de Agne y por la noche ya teníamos fiesta. Día siguiente, cuando debía partir, olvidé todo mi set de cocina y tuve que esperar hasta el día siguiente para recuperarlos. En la espera conocí a Nacho, un chico español que vivía hace algún tiempo en Grecia y no vaciló en aceptarme en su casa. Aquí también conocí a Anastasia y fuimos preparando comida y cantando, y se fueron pasando los días y me sentía como en casa. De pronto, toda la desición de llegar hasta Turquía se había esfumado y luego de una semana me decidí finalmente a abandonar Komotini.


16000 km cumplidos

En la vía Egnita, por aquí pasó Cerses, Alejandro Magno y ahora el burro
Con los amigos españoles que conocí en Alexandrópolis


Llegué a Alexandrópolis y estaba muy cerca de la frontera con Turquía. Aquí conocí tres chicos españoles que querían llegar a la India con sus bicicletas, pasé con ellos una fría tarde hablando de aventuras, historias y planes de viaje, pero luego por la noche encontramos refugio en un monasterio, recuerdo claramente como nos cambió la cara luego de esa ducha caliente. Día siguiente nos despedimos y acordamos juntarnos en algún lugar futuro, yo iría a despedirme primero de una amiga para luego continuar la ruta.

Me encontré con Afroditis, la chica más loca de Grecia y me dice: “Ela Malaka! (malaka es una expresión que utilizan mucho los jóvenes), deja tu bicicleta aquí en Alexandrópolis y regresemos a Komotini (el pueblo donde había estado una semana antes), Nacho (el chico español) nos está preparando una gran cena”. Así es como el agujero negro me atrajo nuevamente, de pronto estaba nuevamente en Komotiní, riendo, haciendo música, saliendo a escalar con los amigos, me olvidé por una semana de la bicicleta y todo eso me ayudó a confirmar lo que pensaba, debía hacer una pausa, necesito olvidarme de la bicicleta por un tiempo.




Con Afrodita en Alexandrópolis 

De regreso a Alexandrópolis tomé mi bicicleta y me fui a Turquía, pero ahora decidido a buscar un lugar para parar. Esa misma tarde crucé la frontera, me estaba despidiendo de Grecia, estaba abandonando el agujero negro.

Ultima postal de Grecia antes de entrar a Turquía

Un restaurant también para las aves

En komotini

Semina y su descanso luego de escalar la gran roca

0 comentarios:

Publicar un comentario