22/12/17

[Montenegro] De Kotor a Podgorica. El invierno nos alcanzó








Entro al país por el norte, voy entrando a uno de los últimos países de la extinta Yugoslavia. No se mucho sobre el país, pero ya en la aduana puedo notar que al menos es la misma lengua (serbo-croata). Primera gran ciudad y me encuentro con una pareja de ingleses con quienes había viajado días antes, linda sorpresa, decidimos continuar juntos el camino hasta la capital, Podgorica.

Llegamos a la boca de Kotor, una entrada de mar a la bahía oculta del mismo nombre. Aquí tomamos un ferry para cruzar e irnos en dirección a casa de Rebecca, una chica inglesa que nos recibe con los brazos abiertos. Aquí también conocí a Bruno, ciclista francés con quien fundo una inmediata amistad. Luego de una gran velada nos vamos al descaso, lo necesitamos puesto se nos viene una dura jornada por delante.

Comenzamos el siguiente día con una gran subida, vamos hacia Cetiña y luego a Podgoritca, la capital. más de 25 curvas serpenteadas y con una gran pendiente nos desafían a alcanzar esos enormes paisajes, donde es fácil preguntarse ¿Como llegó aquí el hombre?. Desde las alturas se aprecia el verdadero refugio natural que es Kotor.

Llegamos a la cima exhaustos y una lluvia nos da la bienvenida, buscamos prontamente lugar para armar campamento y encontramos uno aunque sobre los 1300 msnm, una hermosa pradera de montaña adornada con un par de casas construidas en piedras. La lluvia se intensifica y una familia habitando una de estas lindas casitas de montaña nos invita a un café, nos sentimos afortunados, intocables ante la desdicha, todo nos resulta bien. La lluvia ha cesado así es que marchamos a la tienda luego de una gran velada de cantos y Raquia (licor típico de la región).

Me despierta el viento, golpea con fuerza la tienda y ha quitado una estaca, pero el cansancio es tan intenso que sigo durmiendo. Despierto nuevamente con la tienda en mi cara, estoy muy mojado. Afuera la lluvia es intensa y el viento ha roto una parte de la tienda, salgo de inmediato a intentar reparar la tienda pero afuera caen granizos, me golpean fuerte la espalda, la cara,no me dejan reparar la tienda, hago lo que puedo, al menos la pongo de pie, pero estoy congelado,he salido descalzo y camino sobre el hielo. Le pregunto a los chicos ingleses como están y me responden a coro "todos mojados" y la lluvia que no cesa y cae cada vez con más fuerza, !Debemos buscar refugio!. Antes del anochecer habíamos visto una casa en construcción así que vamos por ella. pongo mi saco de dormir en la bolsa seca, con algo de ropa seca, artículos electrónicos y me voy corriendo al refugio. En los 200 metros que nos separaban me volví a congelar, el viento era tan fuerte que mantenerse de pie era un desafío y los granizos no daban tregua colándose incluso al interior de mi vestimenta, camino a ciegas pero finalmente llego, !Tenemos un techo!,pero hace mucho frío, estamos congelados, así es que me preparo a ir nuevamente al campamento por la cocinilla y agua para preparar té, al regresar veo mi tienda en el suelo, cubierta de nieve y mis cosas al interior, el viento la ha destrozado, intento rescatar lo que puedo pero el frio congela mis manos, me resigno y me voy al refugio, fue suficiente por la noche, quiero ropa seca y un té caliente.

Dormí algunas horas, ya amaneció y la lluvia se ha vestido de nieve, hermoso espectáculo. La familia que conocimos la noche previa nos invita temprano a un café, volver a disfrutar de una morada caliente y seca, la alegría vuelve a nuestros cuerpos,maltratados por la fuerte tormenta. La nieve cesa así es que es el momento perfecto para partir rumbo a Podgoritca, la capital. En la bajada uno de nosotros comienza a sentir un fuerte frío, que pronto se desarrolla en un principio de hipotermia. llegamos al primer pueblo con la chica en brazos buscando un lugar caliente, son momentos críticos y límites. Afortunadamente y luego de un par de horas la chica recupera su movilidad y su sonrisa, al lado de una gran hoguera bebiendo raquia ahora reímos.

Finalmente llegamos a Podgorica, aquí separamos nuestros caminos y yo me reencuentro con caterina para recorrer el hermoso lago skodar. Cuatro días recorriendo los hermosos paisajes que rodean al lago, contemplando postales de fantasía, una inmensidad y tranquilidad que merecíamos con el burro. Me despido de Caterina y continúo bordeando el gran lago rumbo a Albania, estoy cerca, tanto así que llego muy pronto a la frontera de polvo e idiomas mezclados, gente cruzando a pie, decenas de camiones, coches haciendo filas y un burro cargado, que viene de sobrevivir una gran tormenta.

Bienvenido a Montenegro

La costa de montenegro

Comenzando a subir en kotor

Pensando en un refugio para la noche

La vista desde la cima. Atrás se ve la tormenta que se acerca

La familia que nos dio una mano antes y después de la tormenta

Después de la tormenta, listos parair a podgorica


Abran paso, va el burro subiendo

Lago Skoder



Lago Skodar

Lago Skodar



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