9/11/17

[Bosnia i Herzegovina 1] Cruzando túneles. De Visegrad a Mostar, pasando por Sarajevo




En Bosnia me reciben las montañas, ordenadas pero a la vez salvajes, lucen como inexploradas con frondosos bosques que caen hasta sus faldas. Una parada en Visegrad, la primera de BiH (Bosnia i Herzegovina), con hermosas calles y un gran monumento a Nicola tesla, el famoso científico de origen Serbio.

La gente me mira con sorpresa por la calle, me saludan los niños y alguno que otro adulto se anima a preguntarme ¿De donde vienes?. En Visegrad nos saludamos con el gran río Drina, de profundo color verde y claras aguas que me guiará una parte del camino, nos hacemos amigos y resistimos en compañía una gran tormenta eléctrica que nos golpea muy duro por la noche. 

La lluvia continúa y se anuncia mal clima por los próximos días pero igual intento avanzar con la bicicleta. Comienzo a cruzar túneles, uno tras otro, algunos extensos y otros sin iluminación en su interior, uno de casi un kilómetro me hizo pasar susto. Ir a ciegas en medio del túnel donde cualquier vehículo retumba como un gran camión y no sabes ni del tamaño, ni de donde viene, ni siquiera a que distancia te viene, ¿De que te ha visto? ni hablar, solo cruzar los dedos. La oscuridad es tan intensa que mi linterna solo distingue una linea blanca sobre el pavimento y a solo uno o dos metros de distancia, el ruido envolvente y el agua que cayendo desde las alturas me obligan a apurar la marcha. Cruzo finalmente el túnel, respiro profundo y tranquilo, aunque ahora es la intensa lluvia que no me da tregua. Así no puedo continuar, necesito encontrar un lugar para parar pero no hay nada, solo carreteras y túneles, pero a los pocos kilómetros encuentro algo, un antiguo y abandonado túnel que se transforma aquella noche en mi refugio (aunque las piedras cayendo por la noche no me permiten dormir tranquilo).

La lluvia ha cesado, por ratos sale el sol, debo continuar. Voy cruzando montañas, campos y algunos pequeños pueblos, voy poco a poco acercándome al corazón del país, luego de una gran subida comienza el descenso que me acerca muy pronto a Sarajevo, aunque no veo más que montañas. El mapa me dice que dentro del próximo kilómetro estaría entrando a la gran ciudad, pero a mi alrededor solo montañas y montañas. Se aproxima un túnel y al cruzarlo finalmente la ciudad me da la bienvenida, con casas colgando desde los riscos, tranvías circulando por las calles y la oración del islam que me llega coordinadamente desde cada mezquita. He llegado a Sarajevo, cruzando por los antiguos barrios turcos me teletransporto a las medinas (ciudades antiguas) que conociera en Túnez y Marruecos. Recorro la enorme ciudad que aún tiene las huellas que dejara la última guerra, la que la mantuvo sitiada por casi 4 años.

Pero la ruta continúa y con ella también los túneles. Voy ahora siguiendo otro río, el río Neretva que comienza en un embalse que haciéndose paso entre las grandes y hermosas montañas me conducirá hasta Mostar, mi siguiente destino.

Finalmente llego a Mostar, ciudad que aún tiene importante daño tras la guerra pero su centro histórico ha sido bien restaurado y hoy en día recibe a miles de turistas que caminan tranquilamente por sus calles de piedra cruzando el puente viejo de la ciudad. En Mostar también conocí a 4 ingleses (2 parejas) con que partiré al sur, ¿Hacia donde?. Vamos a hacer la ruta del Ciro, una antigua ruta de tren que se abre paso entre las montañas que refugian a Herzegovina del mar. Allá vamos.

Primer túnel de decenas o cientos que vendrían por delante

Un monasterio en las montañas
Cuidado por los caminos que te metes, este amiga me estaba esperando



Visegrad

Siguiendo el río Drina

Un antiguo túnel

El río Drina

Durmiendo en este antiguo y abandonado túnel. por la noche caían piedras de todos lados, no pude dormir tranquilo. Al menos,dormí seco.
Campos y suaves praderas de camino a Sarajevo


Llegando a Sarajevo. 

Sarajevo

Entrando al barrio turco. Aquí abundan las mezquitas, los cafés y la venta de artesanía

Dentro del barrio Turco

La Catedral corazón de Jesús

La llama eterna de Sarajevo, monumento dedicado a los partisanos que liberaron a Bosnia del ejercito nazi

Sarajevo en el atardecer

Cerca de Sarajevo, esta familia me invitó a dormir en casa, con comida casera y la mejor compañía.

Flores en el camino

El río Neretva

El río Neretva, llegando a Mostar
Llegando a Mostar


Mostar

Mostar, entre las huellas de la guerra y el turismo

El caso histórico de Mostar, completo d epiedras es un paseo a la edad media

El famoso puente viejo de Mostar. Además de ser la atracción turística, es también utilizado por clavadistas que desde aquí saltan al río

Mostar. Edificios aún con las huellas de la guerra

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