7/3/19

[IRAN 3/3] Pasargard, Yazd, Mashhad y la despedida de Irán




Llegué a Pasargard en una calurosa mañana luego de recorrer más de 60 km en bicicleta. Afortunadamente me permiten ingresar con bicicleta para recorrer la antigua capital del imperio persa, había llegado por fin a la capital de Ciro, este personaje del que muy poco sabía y del que me fuí apasionando por conocer cada vez más. En Pasargard me recibió la tumba de Ciro, construida en piedras gigantes que albergan los restos físicos de quien se declara rey de Persia, del mundo y del universo, ¿Pretencioso no?, pero pongámonos en contexto, esto fue hace más de 2500 atrás cuando se creía que la tierra era plana y a la vez el centro del universo, aunque más allá de lo pretencioso me llamó profundamente la atención dos cosas respecto a Ciro, las cuales además me generaron alguna admiración; la religión que profesaba, el zoroastrismo y la primera declaración universal de los derechos civiles y humanos. ¡Si!, Ciro escribió hace más de 2500 años que cada ser humano era libre de escoger religión y abolió la esclavitud, quizás por lo mismo tiene varios detractores hasta nuestros tiempos.

Pero Pasargard también me impresiona por su arquitectura, aquí se construyó una gran ciudad, imagino cuan asombrosa lucía en aquel tiempo. Luego de abandonar la antigua capital, me moví por el desierto cruzando extensas rutas que se me perdían en el horizonte, cruzando algunas antiguas ciudades de tierra ahora abandonadas, algunos castillos hoy desechos como rendidos por haber perdido la batalla contra el desierto, pero luego de algunos días llegué a Mardvast, una ciudad en medio del desierto que posee un hermoso castillo en su corazón, quiero visitarlo pero se encuentra cerrado por trabajos de restauración, ¡Que mala suerte!, me resigno y decido continuar mi viaje por el desierto. Justo antes de dejar la ciudad unos motoristas me detienen, quieren invitarme a comer (como siempre en Irán), me insisten y finalmente acepto, son estudiantes de avanzada edad en un curso de inglés y quieren practicar lo aprendido. Aquella noche terminé en su clase de inglés hablando de mi viaje, el profesor que de inmediato aceptó me dio además las gracias, me decía que no los veía motivados por mucho tiempo. Hablé de mi viaje, de Chile, de sus tradiciones, tuvimos una entretenida conversación donde profundizamos en las diferencias, como siempre con mucho respeto, esto se me dio siempre muy sencillo en Irán.

Antes de terminar la clase les comento lo triste que quedé por no visitar el castillo y uno de los estudiantes me dice: "Pero yo estoy a cargo de la restauración, tengo las llaves así es que mañana por la mañana lo visitamos", me invitaron a quedarme en la ciudad, se pelearon entre ellos por ser mi anfitrión y al día siguiente tenía tres guías turísticos en mi visita al castillo, ¡Que increíble no!

A los pocos días llegué a Yazd, con 42 grados de calor era imposible pedalear al medio día, pero me las arreglé, llegué y pude finalmente visitar unas de las ciudades más antiguas del mundo, hermosos parques, mezquitas, plazas, mercados pero una de las cosas más atractivas es su centro histórico, con pequeñas construcciones de tierras en forma de laberinto para defenderse en caso de ataques, aunque sin duda la visita que más me marcó fue la visita al templo del fuego, donde conocí aún más acerca del zoroatrismo, la antigua religión persa que fuera reemplazada por el islam. Me impresionaba que por ejemplo los pilares de esta religión fueran "Buenos actos, buenas palabras, buenos pensamientos", y que además propiciara desde hace innumerables siglos la idea ecologista, la igualdad de las personas cualquiera sea su raza, sexo o condición y el respeto a todas las formas de vida !.

De Yazd tomé un bus para llegar pronto a Mashhad, no me quedaba tiempo de visado y tenía que recoger la visa de Turkmenistan. En Mashhad pasé un buen tiempo de descanso antes de enfrentar el siguiente desafío, aquí visité también uno de los templos de peregrinación más grandes del mundo con miles y miles de fieles cada día, con decenas de grandes edificios en su complejo, museos, bibliotecas, mausoleos, mezquitas, etc, no había visto construcciones más lujosas en toda mi vida, con cristales, oro y plata por todos lados.

Tres días me tomó llegar desde Mashhad a la frontera con Turkmenistán, despidiéndome del Irán poco a poco, siendo invitado hasta los últimos días, la bondad del pueblo irani me acompaño hasta la puerta de salida, hasta que tenía la frontera frente a mis ojos, hasta que crucé al hermético país de Turkmenistán, donde solo tendría cuatro días y medio para cruzar hasta Uzbequistán, otra aventura comenzaría.



Ruinas en Pasargard, la antigua capital de Persa, donde también está la tumba de Ciro el grande

Cumplí los 21000 km

Parece un antiguo complejo de pequeños edificios dentro de un gran castillo amurallado. hoy abandonado y casi por completo destruido

El extenso desierto. Camino a Mardvast

El castillo de Mardvast, al sur de Yazd

Dromedarios en Mardvast

Mardvast vista desde el castillo. Una ciudad de tierra, pueden ver las torres de viento y las cúpulas de tierra

Otro castillo cercano a Yazd

Con la linda familia de amigos que me hospedé en Yazd

El templo del fuego en Yazd, donde aprendí aún más sobre el zoroastrismo

Los antiguos callejones en el centro histórico de Yazd

Una de las grandes mezquitas de Yazd


En la tumba de Ferdowzi, en Mashhad. Antiguo peota farsi que rescató gran parte de la lengua

En el templo de peregrinación del Iman Reza, uno de los más grandes del mundo Mashaad

Uno de los últimos días en Irán, acampando entre los cultivos

Hasta los últimos días, invitado a comer por familias locales

El camino cerca de la frontera

En la frontera. al otro lado de esos cerros, está Turkmenistán esperándome.

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