El cerro Peine, siempre amigo
1°día: El reconocimiento
El cerro Peine, de poco más de 2400 msnm e inserto en la
Reserva Nacional Altos del Lircay es un cerro muy querido entre los montañistas
locales por ser la gran escuela del montañismo para muchos y por adornar con suma
paciencia las ciudades y localidades cercanas. En lo personal tenía cumbre en este cerro, pero solo en
verano. Había que coronarlo en invierno y la ruta escogida fue la popularmente
conocida como “La del milico” (Cara norte)
Partimos Sábado por la tarde, entre la intimidación del
clima. Llegamos de noche y la lluvia se dejaba caer con fuerza, más cuando
comenzamos a caminar desde Vilches alto pareció tendernos una mano y su
intensidad disminuyó considerablemente. La luna tenía tal intensidad que atravesaba incluso las nubes alumbrándonos el camino, tanto así que decidimos
caminar sin linternas.
Nos mojamos bastante pero menos de lo esperado y así llegamos finalmente
al P2, donde habían otros excursionistas también empapados. Luego de una gran y
entretenida charla, nos dormimos con el ansia de atacar prontamente.
2° Día: La cumbre
El despertador se hacía parte desde las 5:30 y nos anunciaba
la dura jornada. Salimos poco antes de las 7:00 y a la media hora el amanecer se hacía presente. Un mar de nubes aparecía hacia el
oriente y con ello los cerros parecían pequeñas islas.
La nieve recién caída aparecía intensamente blanca y a la
vez blanda, pero acercándonos al portezuelo tomaba dureza mientras que la
pendiente aumentaba. Desde el portezuelo pudimos ver la laguna congelada lo que
es siempre una muy linda postal. Llegamos a la primera cumbre o cumbre falsa y
desde ahí el paso a la cumbre real parecía complicado por la blandura de la nieve
recién caída, pero logramos sortearlo sin problema.
Hicimos cumbre a las 12:30, luego de casi 6 horas de
caminata, aunque en partes con bastante relajo. Nos dimos el abrazo de cumbre
mientras lamentábamos haber olvidado la bandera del club, disfrutamos del paisaje algunos minutos y comenzamos a bajar.
Se tapó rápidamente y Christian se nos adelantó, por suerte las huellas no se taparon y pudimos
seguir el rastro a Christian sin problema. Llegamos al P2, nos esperaba
Christian con un mate caliente. Desarmamos camping y retornamos a Vilches, y en el camino nuevamente
se me resintió la rodilla. Unos completos y cervezas en Vilches alto antes del
regreso a Talca, todo para coronar una bonita excursión a nuestro amigo Peine,
que hermoso e imperecedero nos acoge con los mejores de sus paisajes cada vez
que decidimos visitarle.
- Cristina Valenzuela
- Christian Fernández
- Héctor González
- Pablo Muñoz
Un buen relato!
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