enero 20, 2014 nadapablo
|
La aparición del Lonquimay, en medio del bosque de araucarias
|
Corría la tarde del 18 de mayo cuando recibimos la trágica
noticia, una compañera de montaña y de nuestro club andino había sufrido un
fatal accidente al caer por una ladera del volcán Lonquimay. Jamás la montaña
nos había calado tan hondo.
Luego de la despedida a Teresa Gómez pasó un tiempo largo
para reencontrarnos -como club- con la montaña y en cuanto pasaron los meses
fríos nos dispusimos a volver a Lonquimay para erguir en su cumbre un memorial para
la ahora “cordada del cielo”.
Día 1: La caravana
Partimos a eso de las 18:00 hrs. con 3 vehículos del club en
caravana rumbo al volcán Lonquimay. Por delante varias horas de carretera pero
acompañadas de un lindo atardecer. Llegamos por la noche a Victoria, ahí
comimos y luego continuamos por la ruta internacional hasta Malalcahuello,
donde armamos campamento al costado de la casa del guardaparque. Fue una noche muy tranquila.
Día 2: El memorial
EL día comenzó temprano, ya que queríamos estar al mediodía
en la cumbre. Desayunamos, preparamos el equipaje de cumbre y partimos. Desde
Malalcahuello tomamos el camino que conduce a la Reserva Nacional del mismo
nombre, y en algunos kilómetros de un bello camino de asfalto rodeado de
araucarias apareció nuestro objetivo, el volcán Lonquimay, de 2890 metros de altura. Hicimos registro en guardaparque y continuamos. Al poco
andar desaparece el asfalto y aparece un camino pedregoso y empinado que se
acerca rápidamente a los volcanes. El
paisaje cambia radicalmente, desde el hermoso bosque de araucarias a la
abundante piedra volcánica. Intento imaginar ese valle en invierno copado de
nieve.
Estacionamos frente al volcán y comenzamos a caminar. El día
era caluroso y el polvo se liberaba con facilidad en cada pisada. Nos tomó un
par de horas en llegar a la cresta que conduce hasta la cumbre, y desde aquí
otra hora más para llegar a ella, todo entre el calor e intenso viento.
Al llegar a la cumbre, la evidente emoción de los 3
compañeros que estuvieron en el accidente nos emocionó a varios y luego de
todos los abrazos de cumbre, a trabajar. Con la autorización, el taladro, la
placa de memoria y los adhesivos en mano, solo nos quedaba poner manos a la
obra.
Con el memorial instalado y antes de bajar, vinieron las
palabras que nos emocionaron todavía más, pero que a la vez me armonizaron y
conectaron con la esencia aventurera de quien recordábamos. Descendimos en muy poco tiempo, el acarreo
nos ayudó bastante.
Al retornar al campamento, algunos decidieron regresar de
inmediato, otros decidimos quedarnos descansando y aprovechando los hermosos
días de fin de semana.
|
Bárbara la chofer. |
|
El campamento en Malalcahuello, a orillas de la casa del guardaparques |
|
Con Lissete y Héctor, desayunando antes de partir. |
|
El Volcán Lonquimay y nosotros, frente a frente. Subimos por la cresta de la derecha |
|
El grupo preparándose a caminar |
|
Acarreo ven a mi |
|
Ximena, Gonzalo y Felipe subiendo |
|
Alex y Braulio encarando |
|
Ximena, Germán y Bárbara |
|
Tomando un camino del centro de Ski que sube varios metros |
|
Gonzalo tomando aire, o meditando, o posando. |
|
Lissete va muy aburrida subiendo |
|
Montando la cresta que conduce a la cumbre. Con mi cordada Lissete |
|
Braulio meditando |
|
El grupo completo subiendo por la cresta |
|
Héctor en la cumbre |
|
El grupo llegando a la cumbre, con el Tolhuaca de fondo |
|
Instalando la placa memorial para la tere |
|
El grupo completo en la cumbre |
|
La placa memorial |
Participaron:
Germán Thumm, Alex Hernández, Braulio Figueroa, Bárbara Meneses, Cristina Valenzuela, Héctor González, Felipe Mardones, Lissete Espinoza, Ximena Figueroa, Felipe Rojas, Gonzalo Rojas, Pablo Muñoz
0 comentarios:
Publicar un comentario