25/4/17

[Marruecos 4] Desde Fes a Ceuta, despidiéndo a Marruecos


El camino a Tahla


Voy dejando Fes cantando, me acompaña un lindo día, una fresca brisa, voy entre verdes colinas y arboles que con el viento danzan al ritmo de las canciones. Voy por entre caminos rurales con olores a aceite de oliva, me reciben cálidamente unos amigos ciclistas en Tahla y continuo el camino. Voy cruzando lagos, montes, alcanzando poco a poco las nuves y de pronto me encuentro solo, decido tomar un camino más apartado aún para encontrarme con la naturaleza, era mi primer día completamente solo en Marruecos, lo necesitaba. Voy cruzando el gran parque nacional Tazekka (Taza), explorando una inmensa cueva y las montañas que la rodean, aprovecho para subir algunas, también lo extrañaba.

Al día siguiente la policía decide seguirme, según ellos por mi seguridad (dado que la ruta no era turística). Continuo así escoltado por Taza, y en la feria lleno mis maletas de frutas, frutos secos y verduras para el camino. Me comienza a incomodar la compañía policial, intento perderlos tomando rutas pequeñas pero ahí siguen, me alientan, son simpáticos, me ofrecen café, comida e incluso cargar mi bicicleta si estoy cansado.

De pronto me olvido de disfrutar el paisaje y cuando lo noto voy cruzando una hermosa villa perdida entre grandes colinas, por un camino que solo le quedó el recuerdo de ser asfaltado, voy con el sol en frente pero este comienza a despedirse con el habitual colorido espectáculo, la brisa es cálida y yo con la bicicleta me siento un privilegiado de ver tanta belleza, sonrío espontáneamente.

Los días siguientes fueron tranquilos, los cerros cada vez se fueron haciendo más grandes y más verdes, cuando yo creía que no podía ser más verde, aparecía una nueva colina para decirme que estaba equivocado. Un día pasando por una escuela coincidí con la campana de salida y una gran cuesta la que decidí caminar, los niños en su espontaneidad quisieron caminar conmigo practicando sus idiomas extranjeros, pero se fueron sumando cada vez más, hasta ser un gran tumulto que copó todo el camino, los adultos del pueblo reían por la situación, debió ser divertido.

Dejo los cerros y aparecen las ciudades más turísticas como Chefchauen, pese a lo linda que es la ciudad no me siento cómodo y emprendo rápido camino, continúo haciendo amigos y descubriendo nuevos rincones hasta llegar a Tetouan, desde donde comienzo a despedirme de Marruecos, con un poco de nostalgia.

La postal final es para el olvido, una fila de 3 kilómetros de coches tratando de entrar a Ceuta y otra no menor cantidad de peatones intentando lo mismo. Con mi bicicleta paso como si fuera invisible, tanto así que el pasaporte no fue timbrado y retorné a europa como un ilegal, pero lleno de sonrisa.



Barrage Bab el Louta, camino a Taza
Camino a Taza, por parque Nacional Tazekka



Parque Nacional Tazekka

Parque nacional Tazekka

Gruta de Friouato

Montañas del parque nacional

Beni Ftah, al interior de marruecos

Camino a Tainaste

El Gouzate, pequeña villa entre los cerros

Entre los cerros

El gran barrage Oued Ouargha

Subiendo a Tabouda, camino a Chefchauen

El camino previo a Chefchauen

En el mercado de Chefchaouen

Camino a Akchour

Rueda, camino a Tetouan

Tetouan, en la medina

El puerto de Ceuta (Sebta), fotografiado desde el Ferry


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