marzo 15, 2017 nadapablo
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El monte a espaldas de la ciudad de Granada. A la izquierda, las casas cuevas |
Que lindo Úbeda, ciudad patrimonio de la humanidad. La ciudad y los amigos de Úbeda fueron una bonita pausa esperando que pasara la tormenta, pero el camino debía seguir, y seguir entre olivos y más olivos, por las faldas de la sierra, frío, un poco de lluvia, montes nevados, olivos y el viento fabricaban mi paisaje. Una línea del tren fue mi compañera por varios kilómetros y fue mi guía hasta Granada, mi próximo destino. Y en granada el destino me puso el mejor guía, fuimos enfiestados cruzando poco a poco la ciudad para llegar hasta los cerros, desde donde se podía contemplar la ciudad completa y el palacio de la Al-alhambra. Cuantas historias pasaban por mi cabeza, cuantos pasajes de libros leídos sobre Granada, frente a mi un resumen de cientos de años de historia, de guerras, triunfos, amores, catástrofes.
Dejé Granada y tomé rumbo sur, hacia Algeciras. Debo detenerme constantemente a contemplar la sierra nevada, que vestida de blanco cobija a la ciudad de Granada. Voy dejando una sierra nevada pero alcanzando otra también hermosa, subo y subo, entre olivos y más olivos. Aparecen olores a hierbas en mi camino y sigo subiendo hasta alcanzar el blanco vestido de la sierra. Desde ahi bajando y bajando, pasando entre pequeñas casas de montaña, vuelven a aparecer los olivos, sigo bajando hasta llegar al mar, mi reencuentro con el mediterráneo, pero ya no fueron esas playas calmas con olor a naturaleza, aparecieron los grandes hoteles, cientos de restaurantes y fueron aparecieron también turistas de todos los idiomas. El paisaje me fue desanimando, Málaga fue una linda pausa y luego de regreso a la costa explotada, Marbella decidí pasarla volando y así hasta Gibraltar, pasé tan rápido que ni mi memoria recuerda que fue de esos kilómetros.
Ya en Algeciras tomé el barco para cruzar a África, cruzando el estrecho como lo hicieron los grandes aventureros hace miles de años, me invade una profunda emoción, mientras veo desde el barco que Marruecos está cada vez más cerca.
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Camino a Granada |
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Camino a Granada |
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La sierra Magina, a costados de la ruta a granada |
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El barro, el frio y la nieve se unen para darme aventuras |
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Granada. Subiendo por el Albacín |
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Por los callejones del Albacín |
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Una vista panorámica al Albacín |
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el centro de Granada |
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Las villas cuevas, en el sacromonte |
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Con mi amigo Jean, descubriendo las casas cuevas del sacromonte |
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Una pizzería entre las casas cuevas |
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Colores |
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Aún en el sacromonte |
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La Al-alhambra, vista desde el sacromonte |
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Arquitectura en Granada |
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Un atardecer en Granada |
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Camino a la costa, las antiguas casas vestidas de enredaderas |
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"Este castillo ahora es del pueblo" |
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Reencuentro con el mediterraneo |
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Un arco-iris a escala |
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Los jardines de Malaga |
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Malaga |
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La catedral de Malaga |
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Un extraño puente en Marbella |
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En la fila para tomar el barco a Marruecos |
Participamos de esta aventura:
Mi compañera bicicleta y amigo inseparable Ukelele, Jean de Granada, Loli y Ket de Algeciras
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